Fotógrafa de bodas, especialista en reportajes artísticos con retratos naturales.
Mi nombre es María Alejandra, aunque cariñosamente me llaman Mary; soy Venezolana y desde hace más de dos décadas me dedico a la fotografía de boda y confieso que es mi favorita; esto se debe a que soy muy sentimental, una eterna enamorada, fiel creyente en la familia y en los matrimonios para toda la vida. Soy alegre y casi siempre hablo mucho, aunque también lloro solo con fotografiar un momento especial, me emociono muy fácilmente y me gusta hacer amigos, por eso la fotografía de boda me encanta y es muy especial para mí.
Conocer personas increíbles, regalar felicidad a través de imágenes que transmitan sentimientos y emociones, que estarán presentes con el paso del tiempo, no tiene precio, por eso amo lo que hago.
La fotografía llegó a mi vida, sin buscarla.
Todo empezó en el año 2000, cuando comencé a trabajar como asistente de uno de los mejores fotógrafos de bodas venezolano, Markos Leave, un maestro en fotografía, con una gran trayectoria y reconocimiento internacional.
Yo apenas tenía 22 años, cuando ya comenzaba hablar con las novias, a conocer sus historias de amor, a ver la gran ilusión con la que hablaban de su boda, como soñaban tener unas fotos increíbles de un día tan importante en sus vidas; por lo que no demoré nada, en quedar totalmente cautivada con la fotografía de boda, un trabajo que dejaba de ser un trabajo, porque había encontrado una pasión, una vocación que nunca creí tener.
Luego de casi tres años al lado de Markos, me especialicé para convertirme en una verdadera fotógrafa profesional y a partir de allí decidí fundar junto a mi familia mi propia compañía, dándole la bienvenida a LionArt Fotografía, entregando mi vida entera a una profesión que nunca soñé, pero estoy segura Dios me regaló, no solo para llenarme de alegrías y grandes satisfacciones, sino para servir y poder ayudar a los demás, que es lo que realmente me motiva; porque, como me encanta ayudar a las novias.